Entendiendo el propósito de la meditación

Cómo meditar empieza a cambiar nuestra relación con los pensamientos

Lo primero y más importante que debemos empezar a hacer es desarrollar la consciencia.

La consciencia es la capacidad de ver tu vida y de ver las reacciones que tienes dentro de tu vida cómo desde afuera.

Imagina tu vida como un video juego.

Dentro del video juego de tu vida estás reaccionando a los estímulos diarios con los que te encuentras momento a momento.

Tu cuerpo y tu mente trabajan en conjunto para guiarte y decirte cómo reaccionar a determinada situación.


Tu mente interpreta el estímulo externo y lo procesa para darte una reacción programada que comunica a tu cuerpo y que tu, interpretando el lenguaje emocional con el que tu cuerpo se comunica, los ejecutas casi que en automático.

Cuando no hay espacio entre tu reacción y tú, estás jugando en automático.

La fuerza de la inconsciencia es muy grande.

Nos moviliza a su antojo y nos dirige si no la observamos y la hacemos consciente para empezar el proceso de comenzar a responder diferente de cómo se siente y el camino adónde nos quiere llevar.

Así cómo todos contamos con esta programación de la mente (imaginate el video juego ejecutándose solo), también contamos con acceso a unasegunda perspectiva:

Somos, más allá de nuestra reacción, la persona a fuera de la pantalla, observando el juego, observando el personaje y observando la interacción del personaje con el juego.

Desde esta perspectiva, cuentas con la capacidad de decidir cómo actuar, cómo dirigir al personaje para acumular experiencia, subir de nivel y, eventualmente, pasar el juego — sin importar el programa inicial, las reacciones y preferencias del personaje.

La intención de la meditación es la de desarrollar una nueva relación con nuestros pensamientos, en donde desarrollamos la capacidad de conectar con esta perspectiva observadora en los momentos que la mente trata de dirigirnos y llevarnos por caminos que queremos cambiar.

Es alejarnos lo suficiente de nuestros pensamientos con sus impulsos para no actuarlos y no creer todo lo que nos muestran.

Si no están alineados con el objetivo final, no seguir su camino.